Hace muchos años, en 1995, si mal no recuerdo, me encontré con la imagen peregrina de la virgen de Medjugorje mejor conocida como la Reina de la Paz. En algunas casas nos invitaban a orar ante su imagen peregrina, réplica de la original que se había hecho ya famosa viajando por la antigua Yugoslavia. En aquel momento y sitio del mundo, azotado por una de las tantas guerras terribles que caracterizan al siglo XX entrado en el s. XXI. De hecho, existe una película sobre la historia de las apariciones y diversos documentales sobre su historia, muy ligada a los conflicos políticos y crisis del nuevo milenio.



El mensaje del 25 de septiembre de 2011 fue el siguiente: "“¡Queridos hijos! Os invito a que este tiempo sea para todos vosotros tiempo de testimonio. Vosotros, los que vivís en el amor de Dios y habéis experimentado sus dones, testimoniadlo con vuestras palabras y vuestra vida para que sean alegría y estímulo en la fe para los demás. Yo estoy con vosotros e intercedo incesantemente delante de Dios por todos: para que vuestra fe sea siempre viva y alegre y en el amor de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
Y es que vivir tu fe noes motivo ni de ignorancia, ni de miedo, ni de prejuicio. No somos materia ni intelecto ni emoción. Somos espíritus hechos a imagen y semejanza de Dios, vivir nuestra espiritualidad nos revitaliza, nos reconforta y desde nuestra fe católica, es un llamado a estar despiertos en la fe, agradecidos por los milagros que suceden día a día, un llamado a romper las cadenas del miedo.
¿Qué puedo decir si vivo en un país azotado por el miedo y el terror? Lo único que está en mi corazón: Orar, esperar a que todo se calme, porque todo esto pasará. Evitar arrastrarme por la alarma y el pánico y esperar confiada en las manos de Dios. ¿Quién mejor que María, la Reina de la Paz para confiar a mi país entero, mi vida y a las personas que más quiero?
Ella está siempre con cada uno de nosotros, pero necesita respuesta y nuestra disposición: con fe, con amor, con oración constante y de corazón. Ante la situación de mi México y del mundo entero no me resulta extraño que la Virgen se adelante hoy 2 de octubre de 2011 a dejar un mensaje más:
«Queridos hijos: también hoy mi Corazón materno os invita a la oración, a vuestra relación personal con Dios Padre, a la alegría de la oración en Él. Dios Padre no está lejos de vosotros ni os es desconocido. Él se os ha manifestado por medio de mi Hijo y os ha dado la vida, que es mi Hijo. Por eso, hijos míos, no cedáis a las tentaciones que quieren separaros de Dios Padre. ¡Orad! No intentéis tener familias y sociedades sin Él. ¡Orad! Orad para que vuestros corazones sean inundados por la bondad que proviene sólo de mi Hijo, que es la verdadera bondad. Solamente los corazones llenos de bondad pueden comprender y aceptar a Dios Padre. Yo continuaré guiándoos. Os pido de manera especial que no juzguéis a vuestros pastores. Hijos míos, ¿acaso habéis olvidado que Dios Padre los ha llamado a ellos? ¡Orad! Gracias!»
Comentario de Mirjana (una de las videntes que recibe sus mensajes y los transmite al mundo) al finalizar la aparición: «nunca antes yo había dicho algo. Sin embargo, ¿sois conscientes, hermanos y hermanas, de que la Madre de Dios ha estado con nosotros? ¿Somos acaso dignos de eso? Que cada uno de nosotros se lo pregunte. Esto lo digo porque me es difícil verla sufrir, ya que cada uno de nosotros busca un milagro, y no desea hacer un milagro en sí mismo.»
Son incontables las transformaciones que ocurren en la vida de las personas que se encuentran con La Virgen de la Paz. Recuerdo un testimonio de un señor canadiense que no creía en nada y de pronto, sin explicación, se vio rezando ante la Virgen. Creo que la gente que ostenta de no creer en la religión, o que suele burlarse de esto es precisamente la que atrae a la Virgen y ella hace que los milagros de conversión sucedan en ellos. Uno de estos casos es el testimonio directo de la escritora española María Vallejo Nágera.

Los mensajes siguen llegando, las apariciones a Marija Pavlovic en Medjugorje siguen ocurriendo y siguen siendo numerosos los testigos presenciales así como sus testimonios ante las apariciones de la Virgen a Mirjana. En todos estos eventos, La Virgen María nos sigue transmitiendo el mismo mensaje: Recen, permanezcan unidos, perdonen, vivan en paz, confíen en Dios, permanezcan unidos en su amor, oren y confíen. La pregunta es: ¿Hasta cuándo vamos a hacerle caso? ¿Hasta cuándo vamos a escuchar? ¿Cuánto más nos tardaremos en responder el llamado de nuestra Madre y de nuestro Padre? ¿Por qué no responder AHORA con todo nuestro corazón?